jueves, 9 de septiembre de 2010

ABANDONARLO TODO

Abandonarlo todo para recibirlo todo...

Hemos recibido más de lo que hemos dado; dejamos pequeñas cosas y encontramos bienes inmensos. Cristo devuelve cien veces más de lo que se deja por Él. Y sin embargo, para llegar a la perfección no se trata simplemente de menospreciar las riquezas y dar los propios bienes, de liberarse de lo que se puede perder o adquirir en un momento. Esto es lo que han hecho los filósofos; un cristiano debe hacer más que ellos.

No basta con dejar los bienes terrestres; es necesario seguir a Cristo. Pero, ¿qué es seguir a Cristo? Es renunciar a todo pecado y adherirse a todo lo que es virtud. Cristo es la Sabiduría eterna, es ese tesoro que se encuentra en un campo, en el campo de las Santas Escrituras. Es la perla preciosa por la cual es preciso sacrificar otras muchas. Cristo es la santidad, la santidad sin la cual nadie verá el rostro de Dios. Cristo es nuestra redención, nuestro Redentor; es nuestro rescate. Cristo lo es todo: así pues, el que acepte dejarlo todo por Él todo lo encontrará en Él. Éste podrá decir: El Señor es el lote de mi heredad y mi copa. No deis solamente vuestro dinero si queréis seguir a Cristo. Daos vosotros mismos a Él; imitad al Hijo del hombre que no ha venido para ser servido, sino para servir.

Fuente: San Jerónimo