viernes, 26 de febrero de 2010

ARCA DE SALVACION

Jesucristo, no es un Dios mudo ni sordo; escucha nuestra oración y desea hablarle al corazón del hombre. Él siempre busca comunicarnos y revelarnos lo que hay en su Corazón misericordioso; en lo escondido quiere abrirnos su Corazón para que vivamos en intimidad con Él y en Dios. En los últimos meses he venido recibiendo algo del Corazón de Dios que se ha venido confirmando al escuchar a otros.

Todos sabemos que estamos atravesando una grave crisis mundial, en medio de la cual hay hombres y mujeres de todos los países que se hunden y se desploman de temor. El mundo entero está siendo sacudido con un colapso económico y parece que Dios está haciendo lo que nos advirtió que haría cuando el pecado llegara al colmo: sacudir todas las cosas y permitir el mal para sacar todo el bien posible para nuestras almas. Y todos nos vamos a ver afectados de un modo u otro, todos vamos a ver cosas aterradoras y muchos sentirán su fe tambalear. ¿Qué va a pasar? ¿Qué nos está diciendo Dios?

Los profetas Amós, Jeremías e Isaías fueron usados por el Señor para advertir del juicio que estaba a punto de mandar sobre su Pueblo por su maldad y su pecado. Los horrores de la guerra de los romanos contra los judíos de Palestina durante los años 66-70 d.C. debieron hacer reflexionar a más de uno en el juicio de Dios y así comprender que la Misericordia y la Justicia divinas son inseparables (Mt 23,37-39; 24,1-2). “El que plantó el oído ¿no va a oír?; el que formó el ojo ¿no va a ver?; el que educa a los pueblos ¿no va a castigar?; el que instruye al hombre ¿no va a saber? Sabe el Señor que los pensamientos del hombre son insustanciales” (Sal 94, 9-11). Podemos meditar en las palabras que encontramos en la carta a los Hebreos, capítulo 12, versículos 5 al 11, ya que muchos no entienden que el juicio pueda venir de Dios cuando en realidad Él solo puede ser misericordioso y lleno de gracia; sin embargo, les falta comprender que los juicios de Dios son su misericordia y su gracia. Nos está diciendo que volvamos a Él de todo corazón, por eso llama nuestra atención así cuando el pecado nos ciega y nos impide entender de otra manera. Todo es por su amor a nosotros.

Es el tiempo doloroso de la prueba, vamos a ser probados; sin embargo, Dios está actuando y Él tiene todo bajo control. Está purificando a su Iglesia y la va a conducir a través de una fuerte tormenta; podrá ser difícil y el barco será zarandeado, pero Dios cumple su Palabra. Muchos de los que se burlan de la Palabra están en la propia Iglesia y qué pocos son los que se preocupan de las llamadas del Cielo. Serán muchos los que abandonarán la Palabra porque no se vuelven a Dios y continúan mezclando su fe con el espíritu del mundo.

En los tiempos de Noé, inmediatamente antes del diluvio, entraban en el Arca aquellos que el Señor destinaba a sobrevivir a su terrible castigo. En nuestros tiempos, la Virgen María nos invita a todos sus hijos a entrar en el Arca de la Nueva Alianza, que Ella ha construido en su Corazón Inmaculado para ser ayudados por Ella a sobrellevar el peso de la gran prueba, que precede a la llegada del día del Señor. Entremos en el refugio que la Madre celestial nos ha preparado para nuestra salvación, de manera que estemos a salvo en su Corazón Inmaculado durante los días de la gran tempestad que ya ha llegado. Éste es el momento de refugiarnos en María, porque Ella es el Arca de la Nueva Alianza.

Sucede hoy como en el tiempo del diluvio y nadie piensa en lo que nos espera. Todos están muy ocupados en pensar solamente en sí mismos, en los propios intereses terrenales, en el placer, en satisfacer de todos los modos sus pasiones desordenadas. Incluso en la Iglesia, son pocos los que escuchan y acogen los avisos maternales de nuestro tiempo. En los males que suceden debemos ver una señal de aviso, ya que el pecado se extiende como la peor y más perniciosa de las epidemias. Nos encontramos ante un esfuerzo del Cielo para que nos levantemos y volvamos a Dios.

Es tiempo de ponerse en pie, de levantar las manos y dar gracias a Dios por su fidelidad. El Espíritu Santo se va a mover y va a despertar a muchos que han estado fríos e indiferentes. Va a derramar su Espíritu en medio de todo esto. Pidamos al Señor que fortalezca nuestra fe para que podamos estar en la brecha por nuestra familia, por nuestros hermanos y por su Iglesia; para que podamos levantarnos y así podamos levantar a otros que se apoyan en nuestra fe.

viernes, 19 de febrero de 2010

MEJORAR UNA SITUACION ESPIRITUAL IV

La adoración Eucarística es una poderosa manera de mejorar una situación espiritual y de alcanzar liberación y sanación; al menos una hora o media hora semanal ante el Sagrario o ante el Santísimo Expuesto, si es posible.

Adorar es la relación connatural del hombre con Dios, de la criatura inteligente con su Creador. Los hombres y los ángeles deben adorar a Dios. En el cielo, todos, las almas bienaventuradas de los santos y los ángeles, adoran a Dios. Cada vez que adoramos nos unimos al cielo y traemos nuestro pequeño cielo a la tierra. La adoración es el único culto debido solamente a Dios. Cuando Satanás pretendió tentar a Jesús en el desierto le ofreció todos los reinos, todo el poder de este mundo si le adoraba. En su soberbia de locura, pretende la adoración debida solo a Dios. Así le respondió Jesús con la Escritura: "Solo a Dios adorarás y a Él rendirás culto".

La adoración Eucarística es adorar la divina presencia real de Jesucristo, Dios y hombre verdadero, en la Eucaristía. En la Eucaristía adoramos a Dios en Jesucristo, y Dios es Uno y Trino porque en Dios no hay divisiones. Jesucristo es Uno con el Padre y el Espíritu Santo y, como enseña el Concilio de Trento, está verdaderamente, realmente y substancialmente presente en la Eucaristía. La divina Presencia real del Señor es el fundamento primero de la devoción y del culto al Santísimo Sacramento. Este culto de adoración se apoya en una razón seria y sólida, ya que la Eucaristía es a la vez sacrificio y sacramento, y se distingue de los demás en que no solo comunica la gracia, sino que encierra de un modo estable al mismo Autor de ella.

La Eucaristía es el mayor tesoro de la Iglesia ofrecido a todos para que todos puedan recibir por ella gracias abundantes y bendiciones. La Eucaristía es el sacramento del sacrificio de Cristo del que hacemos memoria y actualizamos en cada Misa y es también su presencia viva entre nosotros. Adorar a Jesucristo en el Santísimo Sacramento es la respuesta de fe y de amor hacia Aquel que siendo Dios se hizo hombre, hacia nuestro Salvador que nos ha amado hasta dar su vida por nosotros y que sigue amándonos con amor eterno. Es el reconocimiento de la misericordia y la majestad del Señor, que eligió el Santísimo Sacramento para quedarse con nosotros hasta el fin del mundo.

Quien adora da testimonio de amor, del amor recibido y del amor correspondido, y además da testimonio de su fe. Ante el misterio inefable huelgan palabras, solo silencio adorante, solo presencia que le habla a otra presencia. Solo el ser creado ante el Ser, ante el único Yo soy, de donde viene su vida. Es el estupor de quien sabe que ¡Dios está aquí! ¡Verdaderamente aquí!

Fuente: adoracionperpetua.info

lunes, 15 de febrero de 2010

MEJORAR UNA SITUACION ESPIRITUAL III

La obra de Mons. Ottavio Michelini, Confidencias de Jesús a un Sacerdote, leída sin prejuicios, ilumina acerca de los problemas de la pastoral en la Iglesia y el estado general de los acontecimientos en el mundo de hoy. Señala dos elementos a tener en cuenta: el hecho de encontrarnos inmersos en un fuerte combate espiritual y el fuerte auxilio que proviene del dogma bastante olvidado, en la práctica, de la comunión de los santos.

La intercesión de unos por otros en el ejercicio del don de la comunión de los santos, influye en la vida propia hasta en detalles tan palpables como el caso de estar buscando trabajo y en dificultades espirituales o de relación familiar. Además, es por caridad y por tanto necesario el orar por nuestros antepasados. Necesario cuando, por el propio comportamiento, uno ha sido obstáculo con el mal ejemplo o el escándalo para el ejercicio de la virtud de personas que han convivido con nosotros. Por caridad, porque les debemos inmediata o mediatamente la vida y la educación en la fe cristiana.

El P. Robert De Grandis expone estas cosas en un pequeño libro publicado por SERECA, Sanación Intergeneracional. En la Escritura se dice varias veces que recibimos el bien pero también el mal, y esto último necesita sanación. Por citar un par de ejemplos, habla el libro sobre aquel paso del Señor delante de Moisés: "Él mantiene su amor a lo largo de mil generaciones y perdona la culpa, la rebeldía y el pecado; sin embargo, no los deja impunes, sino que castiga la culpa de los padres en los hijos y en los nietos, hasta la tercera y cuarta generación" (Ex 34,7). Y hablando de no cometer idolatría adorando dioses falsos: "No te postrarás ante ellas ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandatos" (Dt 5,9-10).

Es curioso que tendemos a pensar que es bueno rezar por los que eran buenos y agradables de trato, y ahí se vuelca la gente en los funerales, sin saber que todos los que mueren, si no es a excepción de los que mueran en pecado grave y sin arrepentimiento, dejan su mal carácter o menor simpatía allí encerrados bajo tierra. Mientras, nos miran con amor y arrepentimiento de habernos causado alguna molestia y están deseando que tengamos con ellos algún detalle de oración o recuerdo, para poder tener permiso de intervenir con su poderosa intercesión en favor nuestro y de nuestros descendientes que lo son también suyos.

Si cuatro generaciones cuentan con 30 antepasados, un modo de llevar a la práctica esta oración de protección por los antepasados puede ser, por ejemplo, ofrecer la Comunión cada día de un mes por el alma de uno de ellos aunque no sepas su nombre, porque ellos sí lo saben y te agredecen mucho esa oración y tienen poder para convertir las personas y conseguir que cambien las circunstancias. Cada vez que vas a comulgar le dices al familiar: Te ofrezco esta Comunión y si te marchaste sin perdonar, yo perdono hoy en tu nombre. Ten en cuenta que si has empezado por el padre (nº1) y has seguido por la madre (nº2), cada número impar será un hombre (abuelo, bisabuelo, tatarabuelo) y cada número par será una mujer (abuela, bisabuela, tatarabuela).

Hay muchos testimonios de la misericordia de Dios y el poder que otorga a nuestros antepasados por el cuidado que desean tener de nosotros, si en uso de nuestra libertad les damos permiso para intervenir en nuestro favor, orando por ellos o pidiendo su intercesión. La misión de los padres confiada por Dios en relación con sus hijos no termina con la muerte. El dogma de la comunión de los santos es una profunda realidad, pero hay que vivirla. "Hay muchas almas que se pierden porque no hay quien rece y se sacrifique por ellas" es el lamento de la Virgen de Fátima y es un reproche porque no vivimos este dogma y estos medios que el Señor ha puesto a nuestra disposición.

Fuente: Seis acciones complementarias para mejorar una situación espiritual

martes, 9 de febrero de 2010

MEJORAR UNA SITUACION ESPIRITUAL II

La siguiente acción puede ser combatir específicamente a los enemigos que invisiblemente rodean a las personas en dificultades, haciéndoles caer en trampas o restándoles ánimos y presionando hasta la desesperación.

Cuando un grupo de jesuitas se ordenaron poco antes del Concilio, había en la Iglesia entera medio millón de sacerdotes. Todos ellos al acabar cada Misa, tanto a diario en privado o con público y aún el mismo Domingo, se arrodillaban delante del altar con todo el pueblo que asistía, para responder a las dos oraciones en latín pidiendo por la Santa Iglesia. Al pasar la Misa del latín a las lenguas de cada país, se suprimieron esas oraciones que había mandado el Papa León XIII. Por eso, ahora cada uno hemos de colaborar en la defensa de nuestra fe y la de los de nuestra familia, de todo el país y toda la Iglesia. Además de la oración de Bendición o Exorcismo del Papa León XIII, hay otras más sencillas como la oración a la Reina de los Ángeles.

En cuanto al Exorcismo privado, cada uno puede y debería utilizarlo y recitarlo sobre sí mismo y otros (también en la distancia) usando la señal de la cruz y agua bendita, particularmente en tiempos de graves tentaciones, de pruebas y tribulaciones, de confusión y ofuscación, en momentos de abatimiento y desesperación, al tratar asuntos importantes o al tomar graves decisiones, frente a personas hostiles y especialmente cerca de la cama de los enfermos o moribundos: En el nombre de Jesús, María y José, yo os mando, espíritus malignos, dejarnos y salir de este lugar; no os atreváis a volver a tentarnos y hacernos nuevamente daño. ¡Jesús!, ¡María!, ¡José! (tres veces). San Miguel, defiéndenos. Santos Ángeles de la Guarda, protegednos contra toda maldad del diablo.

Bendición: ¡La bendición del Padre, el amor del Hijo y la virtud del Espíritu Santo, la protección maternal de la Reina del Cielo, los méritos de San José, la ayuda de los Ángeles y la intercesión de todos los Santos estén con nosotros y nos acompañen siempre y por todas partes! Amén.

Fuente: Seis acciones complementarias para mejorar una situación espiritual

viernes, 5 de febrero de 2010

MEJORAR UNA SITUACION ESPIRITUAL I

La oración del Santo Rosario rodea la familia o la persona de una protección especial diaria contra todo poder contrario y muy en especial en sus efectos cuando se reza en común, aunque no sean familia. Dos personas bastan, como dice el Evangelio: "Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18,19-20).

Un hecho observado por dos sacerdotes que oraban juntos el Rosario una vez por semana, fue la influencia decisiva que tuvo el perseverar en ofrecer uno de los misterios por una intención particular. Al cabo de un año de haberlo seguido ofreciendo, la gracia solicitada se había cumplido. Y esto siguió sucediendo durante 5 años seguidos. Ahora bien, descontando la interrupción por las ausencias veraniegas, el número de 52 semanas que tiene al año, venía a concretarse en el conocido número bíblico de 40. Comprobaron que 40 misterios ofrecidos con fe y en común para obtener aquella bendición, de hecho habían obtenido la concesión de lo pedido, aunque resultara imposible por otros medios. Las intenciones pedidas fueron cumplidas invariablemente las 5 veces.

Lo que pueden hacer dos religiosos que coinciden a determinada hora un día por semana, lo tienen más a su alcance las familias cristianas que no basan dicho nombre en el solo hecho de cumplir el precepto dominical, sino también en no descuidar su deber de orar juntos los que se unieron en el nombre de Dios ante un altar, para proteger la fe y la convivencia de los componentes de su familia, incluidos los más jóvenes, expuestos a toda clase de influencias disgregantes.

Viene a ser como la protección de una red defensiva invisible pero auténtica que no pueden cruzar impunemente los enemigos... ¡y luego hay quienes se quejan de que un hijo se les metió en la droga...!

Al perder la expresión de la fe en familia por medio de la oración en común, se pierde el resorte espiritual que une y suaviza las relaciones, y por el contrario se genera la división. Es la oración COMUN la que da fuerza para CONVIVIR... Por otro lado, la actual generación, mientras los hijos se forman en la infancia, y sobre todo en la adolescencia, en los últimos 30 años no ha tenido jamás ocasión de experimentar la presencia y cercanía de Dios en la familia al ver orar a sus padres ni participar en la oración con ellos. Y esto es lo que está pasando con España y demás países de Europa que decimos cristianos, donde en el mejor de los casos, los padres acuden a la Misa dominical, deplorando que no se explican cómo a los hijos jóvenes no siempre consiguen inculcarles dicho deber, con la consiguiente falta de vocaciones, extensión del divorcio y anulaciones, uso de anticonceptivos y aún abortos y en definitiva, el creciente número de agnósticos y enfriamiento general de la fe entre los que se dicen cristianos de toda la vida.

Desde el año 1972 Nuestra Señora había pedido en Fátima a un sacerdote religioso paulista de Milán, el P. Gobbi, que formara un Movimiento Sacerdotal Mariano, reuniéndose inicialmente con algunos pocos sacerdotes. Pronto, dicho movimiento fue agrupando miles de sacerdotes en todos los continentes hasta rebasar con mucho el número de los cien mil. Y se pudo observar entonces que en los sitios donde se implantaron los Cenáculos de Nuestra Señora, las familias se han unido y han conservado la fe. Se ha visto que los Cenáculos de Nuestra Señora tienen que ver con la urgente Nueva Evangelización.

En muchos hogares que se dicen cristianos hay imágenes sagradas en las habitaciones (la Cruz, una Virgen, el Sagrado Corazón, etc.). Por el contrario, ningún símbolo de oración en la sala o cuarto de estar; como única imagen entronizada, el dios de este siglo: la televisión. Preguntando en uno de esos hogares: "¿Ya rezan ustedes algo juntos?", nos encontramos con una respuesta en un tono muy seguro: "No, ¡eso cada uno por su lado!". ¡Este es el cáncer de Europa! Aquí descubrimos una pista sobre la crisis de fe en la sociedad actual.

Los Cenáculos del Movimiento Sacerdotal Mariano no tienen nada de excepcional, a primera vista. Además de las meditaciones, se puede orar en común la Liturgia de las Horas y el Santo Rosario. Pero en ellos se aprecia claramente que esta es la medicina para curar ese "cáncer" de nuestros días; tanto para los sacerdotes, para estar unidos con la jerarquía y con el Papa, como para devolver el espíritu a los institutos de religiosos o religiosas, y renovar la fe y la unidad en las familias.

Aparte de celebrar un Cenáculo mensual en las iglesias, un objetivo principal que señala la Virgen en su libro es repetirlo en familia con mayor frecuencia. Tiene un esquema sencillo: 1) Invocación al Espíritu Santo, 2) Rezo del Santo Rosario, 3) Lectura de un Mensaje del libro del P. Gobbi, 4) Consagración al Corazón Inmaculado de María. Lo que pide la Virgen: Multiplicad los Cenáculos: familiares, de sacerdotes, de jóvenes y aún de niños. El instrumento es el libro de sus Mensajes, que se puede solicitar junto con un folleto sobre cómo hacer el Cenáculo (página web).

En estos años se ha comprobado que donde un grupo tiene Cenáculo semanal, esto ha contribuido poderosamente a unir la familia que lo organiza y otras, y a guardar en ellos la fe. Esa oración semanal sencilla y comunitaria les ha hecho salir de situaciones contrarias a nuestra fe cristiana y moral natural. Sigamos la iniciativa del Espíritu Santo para los cristianos de estos tiempos y que el Señor y su Madre bendigan estas actividades, guiándonos Ella a ser fieles a Cristo nuestro Señor y Dueño en alabanza y gloria a Dios.

Fuente: Seis acciones complementarias para mejorar una situación espiritual

lunes, 1 de febrero de 2010

VERDAD Y MISTERIO

San Pablo, para confortar los ánimos de los discípulos después de haber sido apedreado en su primer viaje apostólico, les exhortaba a perseverar en la fe y les decía: "Es necesario que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios" (Hch 14,22). La historia de la Salvación nos confirma esto por medio de unas palabras de Jesús: "Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros. Si fuérais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo. Acordaos de la palabra que os he dicho: el siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros; si han guardado mi Palabra, también la vuestra guardarán" (Jn 15,18-20).

La razón de estas pruebas que conllevan sufrimiento y persecución se debe encontrar en la libertad humana en la que confluyen, tanto la debilidad personal como la voluntad firme de querer ser santo; sin embargo, también hay razones sobrenaturales en las que se presenta la actuación del príncipe de este mundo, Satanás, y la voluntad de Dios que permite el mal en sus inescrutables designios para obtener el bien de las almas y de todo cuanto existe.

Si hacemos una atenta revisión de la gran mayoría de la vida de hombres y mujeres de Dios, podemos constatar que de un modo u otro, tuvieron que morder la fruta amarga de la calumnia, de la incomprensión o del escándalo. Murmuraciones, enredos, intereses inconfesables, celos, falsas prudencias, actitudes superficiales y un largo etcétera son parte de las realidades que acompañan a las persecuciones de que son objeto los hombres y mujeres que buscan amar a Dios sobre todas las cosas.

Ayer, cuarto Domingo del tiempo ordinario, pudimos escuchar en la primera lectura unos versículos del primer capítulo del libro del profeta Jeremías: "Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te nombré profeta de los gentiles. Tú cíñete los lomos, ponte en pie y diles lo que yo te mando. No les tengas miedo, que si no, yo te meteré miedo de ellos. Mira; yo te convierto hoy en plaza fuerte, en columna de hierro, en muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y la gente del campo. Lucharán contra ti, pero no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte" (4-5; 17-19).

Jesús, hablando en Nazaret, donde se había criado, dijo: "Ningún profeta es bien mirado en su tierra" (Lc 4,24). Necesitamos orar por los profetas de nuestro tiempo que anuncian la salvación de Cristo para todos los que están privados de la luz divina y espiritual, y por aquellos que han caído en tierra y han muerto para dar mucho fruto como el grano de trigo. Que el Señor sea siempre nuestra roca de refugio y el alcázar donde nos pongamos a salvo, de manera que nunca dejemos de contar su auxilio y su salvación.