viernes, 5 de febrero de 2010

MEJORAR UNA SITUACION ESPIRITUAL I

La oración del Santo Rosario rodea la familia o la persona de una protección especial diaria contra todo poder contrario y muy en especial en sus efectos cuando se reza en común, aunque no sean familia. Dos personas bastan, como dice el Evangelio: "Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18,19-20).

Un hecho observado por dos sacerdotes que oraban juntos el Rosario una vez por semana, fue la influencia decisiva que tuvo el perseverar en ofrecer uno de los misterios por una intención particular. Al cabo de un año de haberlo seguido ofreciendo, la gracia solicitada se había cumplido. Y esto siguió sucediendo durante 5 años seguidos. Ahora bien, descontando la interrupción por las ausencias veraniegas, el número de 52 semanas que tiene al año, venía a concretarse en el conocido número bíblico de 40. Comprobaron que 40 misterios ofrecidos con fe y en común para obtener aquella bendición, de hecho habían obtenido la concesión de lo pedido, aunque resultara imposible por otros medios. Las intenciones pedidas fueron cumplidas invariablemente las 5 veces.

Lo que pueden hacer dos religiosos que coinciden a determinada hora un día por semana, lo tienen más a su alcance las familias cristianas que no basan dicho nombre en el solo hecho de cumplir el precepto dominical, sino también en no descuidar su deber de orar juntos los que se unieron en el nombre de Dios ante un altar, para proteger la fe y la convivencia de los componentes de su familia, incluidos los más jóvenes, expuestos a toda clase de influencias disgregantes.

Viene a ser como la protección de una red defensiva invisible pero auténtica que no pueden cruzar impunemente los enemigos... ¡y luego hay quienes se quejan de que un hijo se les metió en la droga...!

Al perder la expresión de la fe en familia por medio de la oración en común, se pierde el resorte espiritual que une y suaviza las relaciones, y por el contrario se genera la división. Es la oración COMUN la que da fuerza para CONVIVIR... Por otro lado, la actual generación, mientras los hijos se forman en la infancia, y sobre todo en la adolescencia, en los últimos 30 años no ha tenido jamás ocasión de experimentar la presencia y cercanía de Dios en la familia al ver orar a sus padres ni participar en la oración con ellos. Y esto es lo que está pasando con España y demás países de Europa que decimos cristianos, donde en el mejor de los casos, los padres acuden a la Misa dominical, deplorando que no se explican cómo a los hijos jóvenes no siempre consiguen inculcarles dicho deber, con la consiguiente falta de vocaciones, extensión del divorcio y anulaciones, uso de anticonceptivos y aún abortos y en definitiva, el creciente número de agnósticos y enfriamiento general de la fe entre los que se dicen cristianos de toda la vida.

Desde el año 1972 Nuestra Señora había pedido en Fátima a un sacerdote religioso paulista de Milán, el P. Gobbi, que formara un Movimiento Sacerdotal Mariano, reuniéndose inicialmente con algunos pocos sacerdotes. Pronto, dicho movimiento fue agrupando miles de sacerdotes en todos los continentes hasta rebasar con mucho el número de los cien mil. Y se pudo observar entonces que en los sitios donde se implantaron los Cenáculos de Nuestra Señora, las familias se han unido y han conservado la fe. Se ha visto que los Cenáculos de Nuestra Señora tienen que ver con la urgente Nueva Evangelización.

En muchos hogares que se dicen cristianos hay imágenes sagradas en las habitaciones (la Cruz, una Virgen, el Sagrado Corazón, etc.). Por el contrario, ningún símbolo de oración en la sala o cuarto de estar; como única imagen entronizada, el dios de este siglo: la televisión. Preguntando en uno de esos hogares: "¿Ya rezan ustedes algo juntos?", nos encontramos con una respuesta en un tono muy seguro: "No, ¡eso cada uno por su lado!". ¡Este es el cáncer de Europa! Aquí descubrimos una pista sobre la crisis de fe en la sociedad actual.

Los Cenáculos del Movimiento Sacerdotal Mariano no tienen nada de excepcional, a primera vista. Además de las meditaciones, se puede orar en común la Liturgia de las Horas y el Santo Rosario. Pero en ellos se aprecia claramente que esta es la medicina para curar ese "cáncer" de nuestros días; tanto para los sacerdotes, para estar unidos con la jerarquía y con el Papa, como para devolver el espíritu a los institutos de religiosos o religiosas, y renovar la fe y la unidad en las familias.

Aparte de celebrar un Cenáculo mensual en las iglesias, un objetivo principal que señala la Virgen en su libro es repetirlo en familia con mayor frecuencia. Tiene un esquema sencillo: 1) Invocación al Espíritu Santo, 2) Rezo del Santo Rosario, 3) Lectura de un Mensaje del libro del P. Gobbi, 4) Consagración al Corazón Inmaculado de María. Lo que pide la Virgen: Multiplicad los Cenáculos: familiares, de sacerdotes, de jóvenes y aún de niños. El instrumento es el libro de sus Mensajes, que se puede solicitar junto con un folleto sobre cómo hacer el Cenáculo (página web).

En estos años se ha comprobado que donde un grupo tiene Cenáculo semanal, esto ha contribuido poderosamente a unir la familia que lo organiza y otras, y a guardar en ellos la fe. Esa oración semanal sencilla y comunitaria les ha hecho salir de situaciones contrarias a nuestra fe cristiana y moral natural. Sigamos la iniciativa del Espíritu Santo para los cristianos de estos tiempos y que el Señor y su Madre bendigan estas actividades, guiándonos Ella a ser fieles a Cristo nuestro Señor y Dueño en alabanza y gloria a Dios.

Fuente: Seis acciones complementarias para mejorar una situación espiritual