jueves, 7 de abril de 2011

MENSAJERO EN LA NOCHE

"Entonces voló hacia mí uno de los serafines con una brasa en la mano, que con las tenazas había tomado de sobre el altar. Tocó mi boca y dijo: He aquí que esto ha tocado tus labios: se ha retirado tu culpa. Tu pecado está expiado" (Is 6,6-7).

Después de terminar la lectura del libro Un mensajero en la noche de la escritora española María Vallejo-Nágera, he dado gracias a Dios en varios momentos por su gran misericordia y fidelidad. Trata acerca de un hombre que había pasado por varias prisiones de Inglaterra y que en un momento cualquiera de su historia en una de esas prisiones, recibe la visita de un mensajero del cielo que transforma la oscuridad de su vida en una vida llena de luz y de entrega a Cristo en su Iglesia.

Una vida fascinante la de este hombre que se convirtió en monje benedictino los últimos momentos de su vida, antes de ser llamado a la Casa del Padre, que nos invita a valorar cada pequeño detalle que sucede a nuestro alrededor y que siempre nos recuerda la infinita bondad de Dios.

Ojalá que este camino de la Cuaresma sea para nosotros como el laboratorio donde el mejor alfarero pueda modelar nuestro barro, de manera que cada día aprendamos a ser más dóciles en sus manos y así lleguemos a la Pascua resucitando con Cristo para aspirar a las cosas del cielo y no a las de la tierra, siendo cada vez más imagen y semejanza de Aquel que nos creó para manifestar su gloria.