sábado, 1 de enero de 2011

LA CAIDA DE LOS FALSOS DIOSES (II)

El Dragón ha construido también dos falsos ídolos en la Iglesia para destruirla:

- El primer ídolo, formado por el racionalismo y por el relativismo, intenta destruir la fe en la Iglesia.

En la segunda carta de San Pedro está escrito: "Surgirán entre vosotros falsos maestros que enseñarán herejías desastrosas y se opondrán contra el verdadero Dios que nos ha salvado. Muchos les seguirán y vivirán como ellos una vida inmoral. Por su causa la fe cristiana será despreciada" (2 Pe 2,1-2). He aquí por qué la pérdida de la fe se difunde hoy en la Iglesia a causa de estos falsos maestros, que enseñan pero enseñan mal. Enseñan mal porque difunden los errores, por tanto son maestros pero maestros falsos.

¿Cómo podemos discernir los buenos de los malos? Si los maestros difunden las verdades de la fe católica, son humildes, obedientes al Magisterio, entonces son buenos. Pero si son soberbios, difunden los errores, no obedecen al Magisterio, entonces son falsos. Y nosotros hoy debemos saber discernir. La Virgen nos quiere niños inteligentes, no estúpidos. Debemos saber discernir: seguir a los buenos para permanecer en la fe, no escuchar a los malos para no caer en el error y perder la fe.

- El segundo ídolo, la división causada por la contestación al Papa.

Aquí en Fátima, Jacinta tuvo una visión: vió al Santo Padre de rodillas que lloraba, mientras desde fuera lanzaban piedras contra él. ¿Qué son estas piedras sino las críticas, las contestaciones, las oposiciones hechas hoy al Papa en el interior de la Iglesia?

¡Mis hermanos sacerdotes, estad cada vez más unidos a los obispos y al Papa! ¡Mis queridísimos fieles, estad siempre cada vez más unidos a vuestros sacerdotes, no les abandonéis, ayudadles y permaneced cada vez más unidos a los obispos y al Papa! Entonces la unidad de la Iglesia volverá a florecer: renovada, santificada, iluminada por tu Corazón Inmaculado, oh Madre de la Iglesia.

Oh Virgen de Fátima, te contemplamos, Mujer vestida del Sol, para mirar contigo al Cielo y así comprender que el gran día del Señor está cercano, que debemos prepararnos al retorno de Jesús en la Gloria, el Sol radiante de Justicia que hará nuevos cielos y nueva tierra. ¡Y de estos tiempos nuevos, tú, Fátima, eres el anticipo!

¡Alabado sea Jesucristo!

Fuente: P. Gobbi en Fátima (25/10/2010)