jueves, 21 de julio de 2011

¡NO TE RINDAS!

Algo que le escuché a un predicador por internet, me ayudó a entender que la resignación no es buena consejera en estos tiempos que nos toca vivir. Los creyentes del tercer milenio estamos llamados a volver a empezar y así evitar la resignación y la rendición. Si nos resignamos acabaremos por bajar los brazos y nos rendiremos, ya no lucharemos ni desearemos dar un paso al frente; por eso, es necesario volver a empezar.

Satanás puede vender todas las armas de que dispone excepto el arma de la resignación. Si logra que te resignes y que bajes los brazos, sabrá que ha logrado lo mejor que puede hacer en ti; que nunca más vuelvas a levantarte y ponerte en pie de guerra ante la batalla espiritual en la que nos encontramos.

Este mensaje es para los que sienten que se les ha muerto su sueño; aunque parece que lo enterraste e hiciste un funeral, la semilla sigue estando viva y Dios nunca te va a dar un sueño para su gloria si no es para que se cumpla. Tardará en llegar, pero ese sueño se cumplirá.

Tienes que volver a empezar, no es una sugerencia o una opción nada más. Es lo que hicieron muchos hombres y mujeres que rindieron sus corazones al Señor, pero que nunca se permitieron el lujo de la resignación. Recibieron gracias y bendiciones porque no se rindieron y volvieron a empezar una y otra vez.

En el episodio de la pesca milagrosa (Lc 5,1-11), vemos que Simón y sus compañeros están lavando las redes después de toda una noche de pesca sin resultado alguno. Jesús les pide que echen las redes de nuevo y el resultado les llegó incluso a asustar a aquellos pescadores experimentados. Hoy día hay muchos creyentes que están lavando sus redes y parece que ya se han resignado; sin embargo, Jesucristo nos pide que volvamos a empezar y echemos las redes de nuevo. Hemos podido estar toda la noche como Pedro, pero debemos volver a empezar. ¡Echa las redes!

Cuánto más oscura está la noche, más cerca está el amanecer. ¡Vuelve a empezar y no te rindas!