martes, 24 de febrero de 2009

CRISIS DE FE

¿Por qué suceden ciertas cosas en el mundo, y sobre todo en la Iglesia? El mal por el que sufre la Iglesia y el mundo es uno solo: ¡crisis de fe!

¿Qué significa crisis de fe?
Significa crisis de esperanza, crisis de amor, crisis de sabiduría y de prudencia, de fortaleza, de justicia y de templanza; crisis de obediencia, de pureza, de paciencia, de piedad y de mansedumbre.
Significa crisis de hambre y sed de Dios, crisis de arrepentimiento, de humildad, de mortificación.
Todos estos males los podemos sintetizar en la crisis de fe, de esperanza y de caridad; se puede simplificar aún: crisis de vida interior, y más aún: crisis de Gracia.

La gracia es la participación del alma en la Vida divina. Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios; una es nuestra alma, pero tres son las facultades: inteligencia, memoria y voluntad.
No tanto por esto es por lo que nos asemejamos a Él, sino sobre todo por la vida sobrenatural, esto es, por la gracia.
El hombre era creado en gracia; el Verdo de Dios ha venido al mundo para darnos nuevamente la vida perdida mediante su Pasión, Muerte y Resurrección.
Si en el hombre está en crisis la Fe, están en crisis la esperanza, la prudencia, la justicia, la fortaleza, la piedad, la templanza, el amor de Dios, el temor de Dios. La falta de todo esto en el alma humana, que después quiere decir ausencia de Dios, ha provocado la tremenda crisis que sufre la humanidad entera.

Jamás una crisis de fe tan universalizada ha atormentado a la humanidad. Satanás, el enemigo de Dios, ha provocado con nuestra complicidad esta pavorosa oscuridad en las almas.
Es tiempo para disponer nuestro ánimo y prepararnos con una vida de arrepentimiento, porque todos tenemos motivos para arrepentirnos. Esto es necesario para poder prepararnos espiritualmente a fin de que, en el momento de la dura prueba, Él pueda encontrarnos con la antorcha encendida.
Su gran triunfo es en la Cruz. Con la Cruz ha vencido al mundo, con la Cruz triunfan las almas predilectas, con la Cruz triunfará la Iglesia.
La Cruz la derrotará y la Madre aplastará de nuevo la cabeza a la Serpiente.

Jesús, el Salvador, será de nuevo la Luz que ahora está apagada y sofocada en muchas almas, incluso de sus sacerdotes. Él será de nuevo la Luz del mundo.

Fuente: Confidencias de Jesús a un Sacerdote